En el último cine foro organizado por el JapiAwer y Ocho y medio, en el marco de la muestra Cine y Ciudad, mantuvimos un interesante conversatorio sobre vivienda segura y desalojos forzosos en el que participaron representantes de la sociedad civil, la academia y la administración municipal.
La película colombiana “La estrategia del caracol” dio paso a una interesante conversación que se enmarcó en lo relativo a la problemática del barrio Bolaños, cuyos habitantes están en grave riesgo de ser desalojados por la construcción del proyecto llamado Solución Vial Guayasamín. Ese proyecto, que busca la conectividad vial de los valles orientales con la zona conocida como Plaza Argentina, contempla la construcción de dos puentes y ampliación de vías existentes, que requerirían la “liberación” de la zona del barrio Bolaños con el fin de implantar esta infraestructura en la quebrada donde se asienta el barrio.
Diego Hurtado, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central del Ecuador, señaló que esta “es una amenaza (el desalojo al barrio Bolaños), con el pretexto de reubicar a las personas por cuestiones del terremoto”, en referencia a las declaraciones de funcionarios municipales sobre un posible riesgo del barrio por estar ubicado en una ladera. Sin embargo, Diego señaló que más allá del interés municipal de emprender un proyecto de infraestructura en ese sector y de estos argumentos para facilitar el desalojo, existe “un tema de topofilia, el amor al sitio donde se ha vivido por años”. Haciendo énfasis en este punto, Hurtado expresó que “cuando se planifica no se debe tomar superficialmente el traslado de la población porque no sólo se trata de un sitio donde vivir”. De esta manera, para el urbanista el problema es la falta de planificación adecuada a las necesidades de las personas: “Si se analiza, se podía plantear desde el inicio la reubicación en los mismos territorios incluso con actividades productivas”.
Por su parte, Verónica Ninahualpa, representante del Barrio Bolaños, expresó que hay un problema cuando “se manda un proyecto sin pensar en lo más elemental, el ser humano”. Evidenció la falta de información al recordar: “cuando nos enteramos del proyecto las máquinas ya estaban arriba”. Verónica cuestionó seriamente la postura de las autoridades por su falta de comprensión en lo relativo a su especial relación con el territorio en el que habitan: “Nos vinieron a decir que nos iban a dar una mejor vida. ¿Cómo pueden saber que es una mejor vida? Es como vives, como te desarrollas, una convivencia diaria con los que te rodean. La mejor vida la haces tú. Tú la decides como la quieres y como la haces (…) Es inhumano pensar que las personas pueden ser trasladadas como muebles”.
Finalmente, la concejala Daniela Chacón, quien ha manifestado su cuestionamiento a la realización de esta obra y al desalojo estuvo de acuerdo en que “en el barrio Bolaños hay distintas formas de vida. El hecho de que estas formas (de vida) no sean respetadas indica que no estamos cumpliendo el objetivo de desarrollo sostenible 11 (crear ciudades y comunidades sostenibles)”. Chacón, quien lideró un proceso de participación ciudadana relativo a esta polémica obra, señaló que “hay formas distintas de vivir” y que “el objetivo es ser una ciudad donde compartimos formas de vida y respetamos formas de vida”.
En efecto, la grave amenaza que se cierne sobre el barrio Bolaños contradice lo que buscaría establecer la Nueva Agenda Urbana (NAU) en materia de vivienda segura. El documento borrador de la NAU señala que “(L)a provisión de vivienda asequible a escala sigue siendo un desafío clave para la mayoría de los países, especialmente los países en desarrollo” y que se deberían “desarrollar políticas nacionales de vivienda en base a la planificación participativa y los principios de la inclusión social y la participación, la eficacia económica, la protección del medio ambiente, y la adecuación cultural” (párr. 108) En ese marco, se señala en el borrador de la NAU que las políticas locales deben considerar una amplia gama de alternativas de vivienda, además del modelo predominantemente privado a otras opciones de alquiler y de tenencia, incluyendo soluciones cooperativas, co-vivienda y comunas, con el fin de mejorar la oferta de vivienda asequible. (párr. 110).
De esta manera, el derecho a la vivienda segura se refuerza en la Nueva Agenda Urbana que se aprobará en Quito en el mes de octubre y las autoridades locales deberán adoptar el diseño y ejecución de las políticas, planes, programas y proyectos a lo que se establezca en este documento.
Texto: Javier Dávalos González
Colaboración: Andrea Romo
La película colombiana “La estrategia del caracol” dio paso a una interesante conversación que se enmarcó en lo relativo a la problemática del barrio Bolaños, cuyos habitantes están en grave riesgo de ser desalojados por la construcción del proyecto llamado Solución Vial Guayasamín. Ese proyecto, que busca la conectividad vial de los valles orientales con la zona conocida como Plaza Argentina, contempla la construcción de dos puentes y ampliación de vías existentes, que requerirían la “liberación” de la zona del barrio Bolaños con el fin de implantar esta infraestructura en la quebrada donde se asienta el barrio.
Diego Hurtado, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central del Ecuador, señaló que esta “es una amenaza (el desalojo al barrio Bolaños), con el pretexto de reubicar a las personas por cuestiones del terremoto”, en referencia a las declaraciones de funcionarios municipales sobre un posible riesgo del barrio por estar ubicado en una ladera. Sin embargo, Diego señaló que más allá del interés municipal de emprender un proyecto de infraestructura en ese sector y de estos argumentos para facilitar el desalojo, existe “un tema de topofilia, el amor al sitio donde se ha vivido por años”. Haciendo énfasis en este punto, Hurtado expresó que “cuando se planifica no se debe tomar superficialmente el traslado de la población porque no sólo se trata de un sitio donde vivir”. De esta manera, para el urbanista el problema es la falta de planificación adecuada a las necesidades de las personas: “Si se analiza, se podía plantear desde el inicio la reubicación en los mismos territorios incluso con actividades productivas”.
Por su parte, Verónica Ninahualpa, representante del Barrio Bolaños, expresó que hay un problema cuando “se manda un proyecto sin pensar en lo más elemental, el ser humano”. Evidenció la falta de información al recordar: “cuando nos enteramos del proyecto las máquinas ya estaban arriba”. Verónica cuestionó seriamente la postura de las autoridades por su falta de comprensión en lo relativo a su especial relación con el territorio en el que habitan: “Nos vinieron a decir que nos iban a dar una mejor vida. ¿Cómo pueden saber que es una mejor vida? Es como vives, como te desarrollas, una convivencia diaria con los que te rodean. La mejor vida la haces tú. Tú la decides como la quieres y como la haces (…) Es inhumano pensar que las personas pueden ser trasladadas como muebles”.
Finalmente, la concejala Daniela Chacón, quien ha manifestado su cuestionamiento a la realización de esta obra y al desalojo estuvo de acuerdo en que “en el barrio Bolaños hay distintas formas de vida. El hecho de que estas formas (de vida) no sean respetadas indica que no estamos cumpliendo el objetivo de desarrollo sostenible 11 (crear ciudades y comunidades sostenibles)”. Chacón, quien lideró un proceso de participación ciudadana relativo a esta polémica obra, señaló que “hay formas distintas de vivir” y que “el objetivo es ser una ciudad donde compartimos formas de vida y respetamos formas de vida”.
En efecto, la grave amenaza que se cierne sobre el barrio Bolaños contradice lo que buscaría establecer la Nueva Agenda Urbana (NAU) en materia de vivienda segura. El documento borrador de la NAU señala que “(L)a provisión de vivienda asequible a escala sigue siendo un desafío clave para la mayoría de los países, especialmente los países en desarrollo” y que se deberían “desarrollar políticas nacionales de vivienda en base a la planificación participativa y los principios de la inclusión social y la participación, la eficacia económica, la protección del medio ambiente, y la adecuación cultural” (párr. 108) En ese marco, se señala en el borrador de la NAU que las políticas locales deben considerar una amplia gama de alternativas de vivienda, además del modelo predominantemente privado a otras opciones de alquiler y de tenencia, incluyendo soluciones cooperativas, co-vivienda y comunas, con el fin de mejorar la oferta de vivienda asequible. (párr. 110).
De esta manera, el derecho a la vivienda segura se refuerza en la Nueva Agenda Urbana que se aprobará en Quito en el mes de octubre y las autoridades locales deberán adoptar el diseño y ejecución de las políticas, planes, programas y proyectos a lo que se establezca en este documento.
Texto: Javier Dávalos González
Colaboración: Andrea Romo