El pasado 23 de junio se realizó la primera proyección de la muestra Cine y Ciudad con el documental ecuatoriano El barrio de las mujeres solas de Galo Betancourt. Para este primer cine foro contamos con la presencia del director y de una de las protagonistas del filme, así como con un panel compuesto por dos representantes de colectivos ciudadanos.
Esta muestra se lleva a cabo en el marco del camino a la Conferencia Habitat III, que se llevará a cabo en el mes de octubre en la ciudad de Quito y donde se discutirá el contenido de la Nueva Agenda Urbana. En este contexto, El JapiAwer y Ochoymedio se unieron para co-crear un espacio de difusión, participación y reflexión en torno al Derecho a la Ciudad como escenario de las luchas diarias por la consecución de una calidad de vida más digna para las personas y un desarrollo más sostenible para las sociedades y el planeta.
El documental El barrio de las mujeres solas nos presentó la vida de un grupo de mujeres en el barrio de Carcelén, al norte de Quito, que han instalado -en palabras del director- un sólido matriarcado. Se las ve subir y bajar una cuesta de la mano de sus hijos, trabajar, bailar, jugar carnaval, alegrarse y llorar. Un grupo de mujeres afro ecuatorianas que ha formado una resistencia para protegerse a sí mismas de una larga historia de abandono, desamor y malos tratos.
Galo Betancourt mencionó su necesidad de profundizar en la crónica de la vida de las mujeres a quienes retrata en el documental. Mayra Chalá, protagonista del filme, nos señaló que la unión entre mujeres y amor la ha llevado hacia delante, al relatar la superación de tres generaciones en relación a la lucha por su vida y familia: "tenemos mucho amor en nuestro hogar".
Ana Almeida, de la Marcha de las Putas, habló sobre los riesgos como mujeres se tienen en el espacio público y la necesidad de tener espacios alternativos y abiertos para hablar sobre ciudades y los temas que nos interesan. Así también, Ana cuestionó el rol de la las autoridades que construyen ciudades que homogeneizan y no celebran la diversidad y mencionó la necesidad de pensar sobre las necesidades de las mujeres en los espacios públicos y su capacidad de ocupación. “Menos orden y más diversidad” fue una de sus conclusiones.
Finalmente, Alodia Borja, representante de los colectivos afro del Ecuador, dijo que los afro ecuatorianos están aquí para construir e invitar a conocer su cultura. Criticó la postura de país ya que este documento no tiene una construcción de inclusión de género para el futuro. Alodia resaltó la fortaleza de las madres al romper tabúes de género y raza.
Varias preguntas relativas al rol de las ciudades, a las propuestas para empoderar las prácticas de género y Habitat III y a la idea de las mujeres “solas” fueron contestadas por el panel en un ameno e interesante conversatorio.
El tema de la igualdad de género se encuentra presente en las reivindicaciones y el trabajo de múltiples organizaciones de la sociedad civil desde hace muchos años. Esta lucha ha repercutido en el reconocimiento realizado en múltiples acuerdos y declaraciones internacionales. En su preámbulo, el borrador de la Nueva Agenda Urbana señala que las ciudades son creaciones humanas, donde aspiramos a llevar una vida pacífica, saludable, próspera, libre y con pleno respeto de los derechos humanos de todos y todas. Así, dentro de lo que será la Declaración de Quito sobre Ciudades Para Todos, se establecerá una visión de ciudades y asentamientos humanos que “empoderen a las mujeres, especialmente con la participación en la toma de decisiones y la igualdad de oportunidades en el empleo y en el pago.”
La obligación de ejecutar planes, programas y proyectos que permitan lograr este objetivo debe formar parte de las agendas de gobiernos nacionales y locales. En ese marco, la aplicación en las ciudades de los Objetivos de Desarrollo Sostenible se vuelve fundamental y la Nueva Agenda Urbana debería ser una guía para ello. Algunos aspectos particulares del borrador que se debatirá en Quito ya mencionan que se debe tener una especial sensibilidad a los derechos, necesidades y sobre todo al potencial de las mujeres, entre ellos el acceso equitativo a: la infraestructura física y social; la vivienda adecuada; los espacios públicos como un habilitador de la función socio - económica de la ciudad; la seguridad en las ciudades; el empleo y medios de vida; la ciencia, tecnología, innovación y el desarrollo de capacidades y la activación y fortalecimiento de la participación.
Todos estos aspectos del borrador de la Nueva Agenda Urbana son un buen punto de partida para la discusión, que indudablemente debe ser complementada por los aportes de múltiples sectores, principalmente de la sociedad civil. Sin embargo, su aplicación concreta en las ciudades y asentamientos humanos será el principal reto posterior a la realización de Habitat III y es ahí donde se medirá su verdadero valor.
A pocos meses de la realización de esta Conferencia, el conocimiento de estos planteamientos puede ser una buena forma de empezar a buscar maneras de incidir para que la agenda urbana ponga en el centro de sus objetivos la igualdad de género y la autonomía real de la mujer en nuestra sociedad.
Texto: Javier Dávalos González